Villa María Ana es una típica finca rural de finales del siglo XIX, cuyo nombre hace referencia al de su antigua propietaria.
La Finca, que cuenta con una extensión de 40.000 m2, está presidida por un antiguo caserón típico de la burguesía solariega alicantina y se haya gobernada por unos impresionantes jardines, con una amplia variedad de plantas, estanques y fuentes que hacen del entorno un lugar ideal para celebrar cualquier tipo de evento.